📷: Billie Tijuana.

Uno de los platos típicos de menú del día en los establecimientos gallegos o en la cocina casera es la milanesa. La propuesta es sencilla, pero siempre es una garantía de satisfacción. Una buena milanesa es capaz de remover nuestros recuerdos y devolvernos a nuestra infancia en un arrebato de nostalgia.

El origen de este plato, como indica su nombre, se atribuye a Milán. El primer registro de una versión temprana de la milanesa se encuentra en un texto del siglo XII, que incluye el lumbulus cum panicio, carne de vaca o lomo con pan, entre los platos de un menú ofrecido durante las fiestas de San Sátiro.

El cocinero Bartolomeo Scappi fue quien empezó a rebozar la carne para después freírla, en el siglo XVI, lo que permitía mantener la ternura del ingrediente y potenciar su sabor.

La primera receta, como tal, apareció registrada en el 1855, en concreto en el libro Gastronomía Moderna de Giuseppe Sorbiatti: la cotoletta alla milanese.

Otras teorías apuntan a un plato austríaco conocido como Wiener Schnitzel, un plato de ternera ablandada por un mazo y rebozada posteriormente.

Sin embargo, la milanesa es una parte importante del acervo gastronómico de Argentina, hasta tal punto que el territorio la adoptó como propia.

El origen viene registrado en el recetario El Almanaque de la Cocinera Argentina, publicado en 1880.

En ese momento todavía se mencionaba como ‘carne con hueso al estilo milanés’, aunque la versión que gozó de éxito en Argentina fue la receta de la cotoletta a la messinese: un filete de carne fina, sin hueso, rebozada en pan, queso, huevo, ajo y perejil.

La llegada de esta receta concreta se atribuye tanto a la entrada de una gran cantidad de ciudadanos procedentes de Sicilia a comienzos del siglo XX, como por tratarse de una versión mucho más sencilla y económica.

El plato derivó, finalmente, en La Milanesa a mediados del siglo XX, en la edición de 1950 de El Libro de Doña Petrona.

La milanesa, por todo el mundo

La milanesa se extendió a países de todo el mundo, que añadieron sus propias características y derivaciones para crear sus versiones de esta receta.

Unos añaden lonchas de queso, panceta o jamón, otros acompañan el filete de patatas fritas, ensalada u otro tipo de guarnición, pero siempre parte de la base del filete de carne empanado y frito.

Japón también cuenta con su propia versión de la milanesa. El Tonkatsu es una chuleta de cerdo de un centímetro de ancho, empanada y frita.

Este plato se presenta troceado y se reboza con panko, los tradicionales copos de pan japoneses, que le da un toque muy crujiente a la combinación.

El Tonkatsu se sirve con una salsa especial y se acompaña de sopa, arroz o una ensalada de patata y es una receta muy conocida y popular en el país asiático, especialmente en las tabernas.

En España, por su parte, todos tenemos una imagen muy clara de cómo debe ser una auténtica milanesa: un filete de carne empanado, acompañado de patatas fritas y ensalada de lechuga, tomate y cebolla.

Si vienes a La Tita, además de disfrutar de nuestra jugosa tortilla, puedes añadir carne al menú y probar nuestra oferta de deliciosas milanesas.

En nuestra carta dispones de milanesa de ternera y de pollo, que se acompaña de guarnición de patatas fritas y ensalada.

Sin duda, la milanesa es uno de los platos más conocidos y queridos en este territorio, por lo que no podía faltar en nuestra carta.

Además, los amantes del rebozado pueden probar nuestras croquetas, una gran alternativa y acompañamiento tanto para la milanesa como para una bebida fresquita.